Georges Rouault. ‘Lo sagrado y lo profano’ mostrará hasta el 13 de febrero de 2011, 156 obras —entre óleos, grabados, e, incluso, una de sus vidrieras— para descubrir a uno de los artistas más relevantes del siglo XX. A pesar de que se presentarán sus obras más importantes, como Parade (c. 1907-1910), L’apprenti-ouvrier (1925), Veronique (1945) o la serie de grabados Miserere (de la que el museo de Bilbao posee 4 estampas), no se trata de una retrospectiva convencional. Su originalidad reside en presentar un buen número de obras inéditas e inacabadas procedentes del taller de Rouault—al que el artista rara vez permitió el acceso —, y donadas al Estado francés en 1963 por su viuda Marthe Rouault.
Al presentar esta selección tan amplia, bajo el comisariado de Angela Lampe, conservadora del Centre Georges Pompidou, la exposición permitirá adentrarse en el trabajo del artista y seguir su evolución desde sus primeras obras realizadas con una materia pictórica ligera y una atmósfera cromática azulada, hasta las últimas, en las que el color se hace más cálido y la materia más espesa.
Además, la estrecha mezcla entre los temas sagrados y los profanos pondrá de relieve el hondo interés por la condición humana de Rouault, quien, con una especie de expresionismo espiritual, creó una de las obras pictóricas más originales del pasado siglo.