Pilar Serra presenta el último proyecto de Darío Urzay, ‘Phaistos’. En él parte del estudio minucioso de imágenes satélite, de planos de la antigua ciudad cretense y de fotografías tomadas transitando por el lugar para crear, mediante la superposición de lenguajes y el uso de diversos procesos, un mundo paralelo y real, una hipótesis que toma y expande el lenguaje de la pintura en constante hibridación. A partir de la degradación algorítmica, por ordenador, de las imágenes de base reconstruye otra posibilidad de paso del tiempo.
Darío Urzay (Bilbao, 1958) con su obra lleva a cabo en nuestro país una de las reflexiones plásticas más contundentes e interesantes en torno a la permeabilidad de las disciplinas artísticas y científicas, explorando –entre otras– las relaciones entre el arte digital y su faceta virtual, la fotografía y la realidad, y las nuevas codificaciones de la pintura, una pintura, la suya, abierta al contacto exterior y a la contaminación lingüística. Como ya comentara Fernando Castro Flórez en el catálogo de la exposición que le dedicó la Sala Rekalde en el 2001, “Urzay, combina en una estética que va más allá del collage posmoderno, diferentes logísticas de la mirada, hasta llegar a la paradoja digital, sin por ello renunciar al lujo cromático que denominaré, a secas, placer aborigen. […] Se sitúa en el terreno de la hibridación de lo pictórico, […] en el campo expandido de la pintura”.
Las diferentes formalizaciones, resultado de esta experimentación lingüístico-conceptual, estimulan en el espectador una inquietud, una curiosidad ante la construcción, nada casual, de la realidad de la obra. Lo despiertan hacia una postura de responsabilidad crítica ávida por desenmascarar los mecanismos que provocaron esos mundos que brotan en los trabajos de Urzay. Mundos creados desde la sedimentación: fotográfica, pictórica, temporal, espacial, científica, biológica, geográfica o incluso arqueológica. El mundo visual que nos propone es tan ordenado como caótico, aparentemente científico, resultado de una asimilación personal de conceptos de física, geografía y antropología. “Trabajo en ese espacio en el que lo real y su imagen se solapan, creando una tensión que es apreciable en la imagen resultante, que revela y atrapa la luz, entrega contornos quebrados que hacen evocar la fractalidad”.